Fallo de turbo recurrente en Peugeot/Citroen 1.6 HDI
Causas y soluciones de la rotura del turbocompresor en Peugeot/Citroen 1.6 Hdi.

Recomendamos a talleres mecánicos leer atentamente este artículo antes de presupuestar al cliente la reparación o sustitución del turbo en este motor.

Con el paso de los kilometros y debido a que los sellos debajo de los inyectores (generalmente el tercero) se queman, la acumulación de carbón alrededor del inyector baja al motor y se mezcla con el aceite, lo que bloquea el filtro de recolección de aceite (ubicado en el cárter). Esto genera una falta de lubricación para las partes del motor y causa una falla inmediata del turbocompresor. Un nivel de aceite correcto es crucial para garantizar el funcionamiento adecuado de la turbina (velocidad de trabajo: 150 000-230 000 rpm).

Este motor es complicado en lo que al turbocompresor se refiere y antes de montarlo nuevo o reacondicionado en este tipo de motor, es necesario lo siguiente:


1. Desmontar los inyectores, eliminar el carbón que los rodea y cambiar los sellos.
2. Quitar el cárter, limpiar el filtro de recolección de aceite o reemplazarlo por uno nuevo (si es necesario).
3. Asegúrese de que el cárter esté limpio de acumulaciones de carbón u otros objetos extraños.
El perno de banjo del tubo de alimentación de aceite va originalmente con el filtro en el interior lo que bloquea el suministro de aceite suficiente para el turbocompresor.
4. Retire el filtro y reemplace el tubo de alimentación de aceite por uno nuevo.
5. Cambie el aceite y el filtro de aceite según las especificaciones proporcionadas por el fabricante del motor.


Debe garantizar una circulación perfecta del aceite del motor para evitar fallas repetidas del turbocompresor.

Instrucciones de montaje del turbocompresor

N.º de pieza del turbo: GT1544V 753420, TD02 /025 49173

Códigos de motor: 1.6HDI D V6TED4 / DV6UTED Ford, Citroen, Peugeot, Mazda, Mini, Volvo y otros.

Es muy importante que lea las instrucciones de montaje adjuntas antes de montar este turbocompresor/cartucho. Si no lo hace, se producirá una falla prematura y se rechazará la solicitud en caso de una reclamación de garantía.

El motor PSA 1.6HDI, DV6TED4 es una unidad diésel de alta potencia y bajas emisiones altamente sofisticada. Se utiliza en muchas aplicaciones diferentes: Citroen, Ford, Mazda, Mini, Peugeot y Volvo. Debido a que el motor es limpio y potente, está diseñado para funcionar a altas temperaturas, lo que exige los mejores lubricantes. Estos lubricantes deben mantenerse en óptimas condiciones y PSA ha instalado un filtro de aceite en línea en el turbo y un enfriador de aceite/filtro de aceite integral en este motor para garantizarlo. Los informes sobre el terreno indican que si el motor ha funcionado con el nivel de aceite por debajo de los límites normales, esto puede provocar una alta concentración de carbono en el aceite. Esto puede provocar el bloqueo del filtro en línea, el enfriador de aceite y el filtro de aceite principal, lo que eventualmente provocará una falla prematura del turbo. La bomba de vacío también puede sufrir este mismo tipo de contaminación. Sin embargo, debido a sus altas velocidades de funcionamiento (230.000 revoluciones por minuto), el turbo suele ser el primero en mostrar signos de daño. Esto puede suceder a partir de las 45.000 kilometros si no se ha respetado el nivel de aceite y los intervalos/procedimientos de cambio de aceite correctos. La experiencia hasta la fecha sugiere que la acumulación de carbono en este motor es particularmente difícil de eliminar. Para intentar eliminar la posibilidad de que se produzcan más fallos del turbo, el taller DEBE realizar lo siguiente, además de las instrucciones de montaje del turbo recomendadas normalmente:

  • Quite el cárter del motor y compruebe la bomba de aceite, el filtro de aspiración, la bomba de aceite y todos los conductos de aceite para comprobar si hay contaminación por carbón.
  • Si se identifican grandes depósitos de carbón, coloque una nueva bomba de aceite, un filtro de aspiración de la bomba de aceite y limpie los conductos de aceite.
  • Coloque un nuevo tubo de alimentación de aceite, conectores de alimentación de aceite y tubos y mangueras de drenaje de aceite.
  • Quite el filtro de gasa que está en el nuevo perno banjo que hace que el tubo se bloquee.
  • Quite el enfriador de aceite y el conjunto del filtro de aceite y límpielos a fondo.
  • Quite el intercooler, los tubos y las mangueras y elimine el aceite residual.
  • Quite la bomba de vacío y compruebe si hay residuos o depósitos de carbón y límpielos o sustitúyalos según sea necesario.
  • Quite la tapa de balancines/caja de levas y limpie todos los depósitos de carbón y lodo del respiradero de la tapa (si está instalado) y el mecanismo de válvulas asociado.
  • Compruebe que el filtro de partículas y el catalizador no estén bloqueados; sustitúyalos si se encuentra que están muy contaminados con aceite del turbo averiado.
  • Limpie la válvula de recirculación de gases de escape, el colector de inducción y todas las tuberías asociadas y asegúrese de que la EGR esté funcionando correctamente.
  • Asegúrese de que el filtro de partículas se regenere con frecuencia y no esté bloqueado. Se debe realizar al menos un trayecto continuo de 80 kilometros cada mes.
  • Verifique que las juntas del inyector de combustible no estén dañadas, reemplácelas según sea necesario.
  • En el lugar donde la tubería de alimentación de aceite del turbo se atornilla al bloque del motor, sople a través del bloque del motor para limpiar los residuos del turbo averiado y el carbón/lodo utilizando un limpiador de buena reputación antes de volver a colocar la bomba de aceite.
  • Deje la tubería de alimentación de aceite separada en el extremo del turbo, haga girar el motor sin encenderlo hasta que fluya aceite limpio a través de la tubería. Es conveniente recoger el aceite en una bolsa o recipiente de plástico. Cuando salga aceite limpio, conecte el tubo al turbo.
  • Verifique el flujo de aceite.
  • Coloque el turbocompresor, deje el tubo de retorno de aceite desconectado.
  • Conecte un tubo de retorno de aceite extendido y colóquelo en un recipiente.
  • Arranque el motor, déjelo en ralentí durante 60 segundos y apague el motor.
  • El recipiente debe haber recogido 0.3l al menos.
  • Repetir prueba hasta que el flujo de aceite sea correcto.
  • Asegúrese de que durante la prueba el motor no funcione por debajo del nivel mínimo de aceite.
  • Cambie el aceite y el filtro del motor después de 350 kilometros y luego cada 8000/10.000 kilometros.
  • Se debe utilizar un aceite LOW SAPS 5W/30 totalmente sintético.

Si no se realiza este procedimiento minuciosamente el motor no quedará totalmente limpio y el turbocompresor volverá a fallar en poco tiempo.

Fallos comunes del turbo y cómo detectarlos
Las causas mas comunes:
Lubricación del motor

Los cojinetes del turbocompresor dependen de un flujo constante de aceite limpio para funcionar correctamente. Varios factores pueden provocar la avería del sistema de lubricación: la falta de mantenimiento, el uso de aceite o filtro inadecuados, las condiciones de conducción severas o, en la mayoría de los casos, simplemente la antigüedad del vehículo pueden contribuir a la degradación del suministro de aceite del turbocompresor. Recomendamos cambiar el aceite y el filtro cada vez que el aceite comience a cambiar de su color marrón dorado original a un marrón más oscuro. Los cambios regulares de aceite y filtro son fundamentales para la vida útil del turbo.

Temperatura del motor

Los motores más nuevos de hoy en día funcionan con temperaturas de agua y aceite muy altas para ayudar con las emisiones y el ahorro de combustible. Este calor es muy perjudicial para el aceite, lo que hace que se descomponga a nivel molecular, lo que reduce su capacidad para proporcionar lubricación y viscosidad. El aumento de calor también se agrava cuando se apaga el motor y se permite que el automóvil se caliente. Junto con los cambios frecuentes de aceite lubricante, también es recomendable dejar el auto en ralentí entre uno y un minuto y medio antes de apagar el motor si ha estado conduciendo a velocidades más altas.

Suciedad

Partículas que van a la entrada del compresor desde el sistema de filtro de aire o a través de la entrada de la turbina que sale de la cámara de combustión del motor. Cada vez que realice el mantenimiento del filtro de aire, asegúrese de inspeccionar minuciosamente todo el sistema para detectar conexiones sueltas o pequeñas cantidades de suciedad, hojas u otros desechos que puedan ingresar accidentalmente en la carcasa del filtro de aire. La rueda del compresor en cada turbocompresor es muy delicada y cualquier basura que quede dentro de la carcasa será inmediatamente perjudicial para el funcionamiento del turbocompresor. En el lado de la turbina del turbocompresor, los únicos elementos que el usuario puede reparar y que podrían ser potencialmente dañinos serán las bujías y posiblemente cualquier sensor de oxígeno anterior al turbocompresor.

Fugas

Si hay una fuga entre el compresor y el motor, será más difícil para el turbocompresor obtener la presión adecuada; la compuerta de descarga permanecerá en la posición cerrada hasta que el turbocompresor supere la fuga y proporcione presión dentro del colector de admisión. Incluso una pequeña fuga puede hacer que el turbo trabaje un 20% más de lo normal para alcanzar la presión deseada, por lo que se debe tener mucho cuidado con el sistema de tuberías del lado de presión del turbocompresor. Inspeccione todas las mangueras y los accesorios para comprobar que estén bien ajustados y que no haya tuberías que puedan rozar y desgastar agujeros que puedan provocar fugas. Inspeccione también el núcleo del intercooler y el compresor, y la válvula de derivación, si está equipada, para comprobar que funcionan correctamente.

Sistema de escape

El sistema de escape después del turbocompresor necesita una inspección periódica. El aumento de la contrapresión debido a convertidores catalíticos, resonadores o silenciadores obstruidos o dañados reducirá el flujo de salida del motor y también aumentará la temperatura dentro de la carcasa de escape del turbocompresor, lo que contribuye a la coquización del aceite y también aumenta el riesgo de fallas de las juntas o grietas en el colector de escape y el área de la carcasa de la turbina. Por lo general, esto solo ocurre en automóviles más antiguos o con mayor kilometraje. 10 años o 100.000 millas es la vida útil promedio de la mayoría de los sistemas de escape modernos.

Respiraderos del motor

Además, las fugas de aceite en un turbocompresor pueden ser el resultado del sistema de ventilación del cárter. Tanto los sistemas de ventilación atmosférica como los positivos pueden no ser lo suficientemente grandes para soportar el soplado algo mayor que existe en los motores turboalimentados. Se recomienda aumentar la capacidad del respiradero del motor cuando se agrega un turbocompresor. Incluso cuando la capacidad del sistema es adecuada, los elementos del respiradero del sistema se obstruirán parcialmente con el uso. Además, el respiradero puede obstruirse con barro o lodo en invierno o en condiciones de nieve y hielo. Estas condiciones harán que se acumule presión positiva en el cárter. Si esto ocurre, restringirá el flujo de aceite por la manguera de drenaje hacia el cárter, lo que hará que retroceda hasta la carcasa del cojinete.

Ventilación interna del cárter

Algunos motores de aspiración natural tienen ventilación positiva interna del cárter entre el cárter y el colector de admisión. Estos respiraderos deben taparse cuando se agrega un turbocompresor, de lo contrario, el cárter se sobrecargará y se producirán fugas de aceite. Se debe proporcionar otra fuente de ventilación del cárter cuando estos respiraderos estén obstruidos. Algunos motores tienen este respiradero adicional, mientras que otros no. En cualquier caso, asegúrese de que la capacidad del respiradero sea adecuada.

Otras causas

Además de las causas mencionadas anteriormente, las temperaturas excesivas de los gases de escape (EGT), la entrada de humedad, el desgaste, los sistemas de admisión de combustible, la válvula de descarga y el sistema de escape también pueden causar daños a su turbocompresor.

Las señales de advertencia

Hay varias formas en que su vehículo le hará saber que su turbo necesita mantenimiento o reparaciones:

Luces de advertencia de verificación del motor

En la mayoría de los automóviles modernos, el diagnóstico por computadora detectará fallas del turbo y se encenderá la luz de verificación del motor. Por supuesto, la luz de verificación del motor no solo cubre fallas del turbo, y deberá realizar algunas comprobaciones adicionales para ver qué tipo de problema de motor tiene.

Pérdida de potencia

Si nota que su vehículo turboalimentado acelera más lentamente de lo normal o no es capaz de alcanzar las velocidades que antes podía, esto puede ser una señal de que el turbo está fallando.

Un escape humeante

Si la carcasa del turbo se ha agrietado o los sellos internos se han quemado, comenzará a filtrarse aceite en el sistema de escape. A medida que se quema, produce un humo azul/gris distintivo, que probablemente se hará más evidente a medida que aumentan las revoluciones del motor justo después de una situación de ralentí.

Un ruido fuerte y chirriante

A menudo, un turbocompresor defectuoso emitirá un ruido fuerte y distintivo cuando esté bajo presión. Si comienza a escuchar este ruido en su motor, ¡definitivamente es hora de que lo revisen!

El siguiente paso: revisión del turbo

Si nota alguna de las señales de advertencia, haga que revisen su turbo lo antes posible. Su turbocompresor no se reparará solo y, cuanto más lo deje, peor (y más costoso) será el problema.

Para ayudar a minimizar el riesgo de falla del turbo, aquí hay algunos consejos útiles que puede seguir:

  • Cambie el aceite de su vehículo al menos cada 3000 millas.
  • Use siempre el aceite recomendado por el fabricante del motor.
  • No use aditivos de limpieza, ya que pueden aflojar partículas y otros residuos.
  • Siempre deje que el motor se caliente antes de arrancar. El tiempo recomendado es de 30 a 60 segundos en climas más cálidos y más tiempo a medida que baja la temperatura.
  • Recuerde que el aceite frío es espeso y no fluye tan libremente como el aceite tibio.
  • No acelere el motor durante el calentamiento, es posible que el turbo no haya tenido tiempo suficiente para recibir un suministro completo de aceite.
  • Al detenerse, deje el motor en ralentí durante un período. Cuanto más rápido condujera, más largo debería ser el tiempo de inactividad.
  • Recuerde que el turbo gira libremente a altas RPM y, cuando se apaga el motor, también se apaga el suministro de aceite. Si el motor no se reduce correctamente en ralentí, el turbo puede sufrir daños en los cojinetes. Cuando cambie el aceite, recuerde cebar el filtro y hacer girar el motor sin arrancarlo hasta que observe la presión de aceite completa.

Como limpiamos los catalizadores y DPF/FAP

Tenemos la KSP Makine 1800 un equipo profesional diseñado específicamente para limpiar filtros de partículas (DPF/FAP) y catalizadores. Utiliza una combinación de agua a alta presión y productos químicos especiales para eliminar el hollín, las cenizas y otros residuos acumulados en el filtro. A continuación, te explico el procedimiento general para limpiar un filtro de partículas con esta máquina:


Pasos para limpiar un filtro de partículas con la KSP Makine 1800

1. Preparación del filtro

  • Desmontaje: El mecánico retira el filtro de partículas del vehículo con cuidado asegurandose de no dañar los sensores ni los componentes circundantes. Se lo recogemos o nos lo hace llegar a nuestras instalaciones.
  • Inspección inicial:
    • Se examina el filtro para detectar daños físicos, como grietas o perforaciones.
    • Si el filtro está muy dañado, la limpieza no será efectiva y podría requerir una reparación.

2. Configuración de la máquina

  • Conexión del filtro:
    • Colocamos el filtro de partículas en el soporte de la máquina.
    • Conectamos las mangueras de entrada y salida de agua a las bocas del filtro, asegurándote de que estén firmes para evitar fugas.
  • Selección del programa:
    • Usamos el panel de control para seleccionar el programa de limpieza adecuado para el tipo de filtro (DPF o catalizador).
    • Configuramos la presión y la cantidad de agua según las especificaciones del filtro. Normalmente, la máquina ajustará estos parámetros automáticamente si seleccionas el tipo de filtro correcto.

3. Proceso de limpieza

  • Lavado inicial con agua:
    • La máquina inicia un ciclo de agua a alta presión para eliminar los residuos sueltos del filtro.
  • Aplicación del agente limpiador:
    • La máquina inyecta una solución química especial que disuelve los residuos de hollín y cenizas adheridos a las celdas del filtro.
    • Este proceso suele durar entre 15 y 30 minutos, dependiendo del nivel de obstrucción.
  • Enjuague final:
    • Se realiza un lavado final con agua a presión para eliminar los residuos químicos y cualquier resto de suciedad.

4. Secado

  • Una vez completada la limpieza, la máquina activa el sistema de secado.
  • Utiliza aire caliente para eliminar la humedad residual dentro del filtro. Este paso es crucial, ya que un filtro húmedo puede dañar el sistema de escape del vehículo.

5. Inspección final

  • Medición de flujo:
    • La máquina realiza una prueba de flujo para medir la resistencia al paso del aire a través del filtro. Esto indica si la limpieza ha sido efectiva.
  • Confirmación:
    • Compara los resultados del flujo con los valores iniciales. Si el flujo de aire es óptimo, el filtro está limpio y listo para ser reinstalado.

6. Reinstalación

  • El mecánico lo reinstala en el vehículo.
  • Se asegura de conectar correctamente los sensores y realiza una prueba de diagnóstico en el sistema para garantizar que el filtro funcione adecuadamente.

Mantenimiento y recomendaciones:

  1. Frecuencia de limpieza:
    • Se recomienda limpiar el filtro cada 80,000-120,000 kilómetros o cuando el vehículo indique saturación en el DPF.
  2. Uso de productos compatibles:
    • Utiliza siempre agentes limpiadores aprobados para evitar daños en el filtro y en la máquina.
  3. Revisión periódica de la máquina:
    • Limpia los filtros internos de la máquina y verifica regularmente su sistema de presión para asegurar un rendimiento óptimo.

La KSP Makine 1800 es una solución eficiente y profesional para limpiar filtros de partículas, garantizando un mantenimiento adecuado y extendiendo la vida útil del DPF o catalizador.

Reparación de turbocompresor

La reparación de un turbocompresor es un proceso técnico y detallado que debe ser realizado por profesionales capacitados, ya que el turbocompresor es una parte vital del motor que opera a altas velocidades y temperaturas. Sin embargo, a continuación se describe de manera general los pasos comunes que se siguen para reparar un turbocompresor:

1. Diagnóstico del problema

Antes de proceder con la reparación, es fundamental identificar el problema que presenta el turbocompresor. Los problemas más comunes incluyen:

  • Pérdida de potencia del motor.
  • Ruidos extraños o vibraciones.
  • Fugas de aceite.
  • Humo excesivo por el escape.

Se debe inspeccionar visualmente el turbocompresor, revisando el estado del rotor, la carcasa y los componentes del sistema. Además, se pueden realizar pruebas de compresión y análisis de los gases de escape para detectar posibles fallos.

2. Desmontaje del turbocompresor

El siguiente paso es desmontar el turbocompresor del motor. Este proceso implica:

  • Desconectar las conexiones del sistema de escape y la admisión.
  • Desmontar las tuberías de aceite y refrigerante.
  • Retirar el turbocompresor del motor.

Es importante tener cuidado de no dañar ninguna pieza del turbocompresor ni de los componentes del motor durante el desmontaje.

3. Inspección de los componentes

Tras desmontar el turbocompresor, se realiza una inspección detallada de las partes clave:

  • Rotores: Comprobar si las palas del compresor o la turbina están dañadas, deformadas o desgastadas.
  • Ejes y cojinetes: Inspeccionar el eje y los cojinetes de la turbina y el compresor para detectar signos de desgaste o daños.
  • Cojinetes y sellos: Revisar los cojinetes y los sellos para ver si hay signos de desgaste o de fugas de aceite.
  • Carcasa: Verificar la carcasa del turbocompresor en busca de grietas, daños o corrosión.

Si se detecta algún daño en estas partes, se deben reemplazar las piezas dañadas.

4. Limpieza y reparación de piezas

Algunas piezas del turbocompresor, como la carcasa o las palas, pueden limpiarse, pero si están excesivamente dañadas, es necesario reemplazarlas. La limpieza de las piezas incluye:

  • Eliminar la acumulación de carbón o residuos de aceite que puedan estar obstruyendo el sistema de lubricación.
  • Limpiar las partes del sistema de escape y la admisión para mejorar el flujo de aire.

Lo ideal es usar maquina de lavado primero y luego chorreadora de arena para dejar la carcasa pulida y brillante como cuando era nuevo.

5. Sustitución de piezas dañadas

Las piezas que están demasiado desgastadas o dañadas deben ser reemplazadas. Esto puede incluir:

  • Cojinetes de turbina o compresor.
  • Rotores (turbina y compresor).
  • Carcasas.
  • Sellos de aceite y otras juntas.

Las piezas de repuesto deben ser de alta calidad y específicas para el modelo de turbocompresor.

6. Equilibrado del turbocompresor

El turbocompresor debe ser equilibrado de nuevo después de realizar cualquier reparación o sustitución de piezas. Esto se hace utilizando una máquina de equilibrado especial que asegura que el eje y las turbinas giren suavemente a altas revoluciones. Un mal equilibrio puede provocar vibraciones y daños adicionales.

7. Montaje y prueba

Una vez que todas las piezas han sido reparadas o reemplazadas y el turbocompresor ha sido limpiado y equilibrado, se procede al montaje del turbocompresor. Durante el proceso de montaje:

  • Se debe verificar que todos los tornillos y conexiones estén correctamente apretados.
  • Se instala el turbocompresor en el motor y se reconectan todas las tuberías de escape, admisión y aceite.

Posteriormente, se realiza una prueba en el banco para asegurarse de que el turbocompresor funcione correctamente y no presente fugas de aceite ni otros problemas.

8. Instalación y prueba en el vehículo

Finalmente, el turbocompresor reparado se instala en el vehículo y se realiza una prueba en carretera. Durante la prueba, se observa el comportamiento del motor, la respuesta del turbocompresor y la ausencia de ruidos o fallos. También se verifica que no haya fugas de aceite y que el motor funcione a su nivel óptimo de rendimiento.

Consejos adicionales:

  • Prevención: Un mantenimiento adecuado del turbocompresor, como el cambio regular del aceite del motor, el control del sistema de escape y la revisión de las tuberías de aire, puede ayudar a prevenir la necesidad de reparaciones frecuentes.
  • Tubería de engrase: Es necesario reemplazar este elemento pues acumula mucha suciedad y es imposible de limpiar correctamente. No hacerlo aumentará exponencialmente el riesgo de rotura.
  • Primer arranque: Una vez instalado el turbocompresor es imprescindible hacer girar el motor sin arrancarlo para que el turbo se lubrique correctamente. Desconectar los inyectores y darle a la llave para que el motor de arranque de unas vueltas al motor sin ponerse en marcha suele ser el metodo mas empleado.

Conclusión

La reparación de un turbocompresor es una tarea compleja que debe ser realizada por técnicos especializados que cuenten con los bancos de diagnóstico y pruebas necesarios. Un mantenimiento adecuado y la reparación o reemplazo oportuno de piezas defectuosas son clave para asegurar un rendimiento óptimo del motor y evitar daños mayores. Si el turbocompresor está gravemente dañado, en algunos casos puede ser más conveniente reemplazarlo en lugar de repararlo.

Si tienes alguna duda o pregunta de como reparamos los turbocompresores contacta con nosotros.

Historia de la inyección

La inyección de combustible es un avance fundamental en la tecnología de los motores de combustión interna, y su evolución ha sido crucial para mejorar la eficiencia de los vehículos, así como para reducir las emisiones contaminantes. A lo largo de la historia, diversos inventores y empresas han desempeñado un papel esencial en el desarrollo de los sistemas de inyección de combustible, desde sus primeras aplicaciones hasta los sofisticados sistemas electrónicos que se utilizan en los motores modernos.

Orígenes de la inyección de combustible

La historia de la inyección de combustible comienza con el motor diésel, desarrollado por el ingeniero alemán Rudolf Diesel en 1892. Diesel patentó su motor de combustión interna, que a diferencia de los motores de gasolina de la época, no requería de una chispa para encender el combustible. En su lugar, el motor diésel utilizaba inyección directa de combustible en la cámara de combustión. Esto significaba que el combustible se inyectaba directamente en el cilindro bajo alta presión, donde se comprimía y se encendía por el calor generado por la compresión, sin necesidad de bujías. Este sistema permitió una mayor eficiencia térmica y una mayor economía de combustible en comparación con los motores de gasolina, que empleaban carburadores para mezclar aire y combustible antes de su ingreso al motor.

El motor diésel representó una gran innovación en su momento, no solo por el tipo de inyección, sino también por la forma en que el diseño de la cámara de combustión optimizaba la quema del combustible, lo que resultaba en motores más eficientes y con una mayor durabilidad. Esta tecnología de inyección directa fue un paso significativo hacia los motores más eficientes que conocemos hoy en día, y sentó las bases para la evolución de los sistemas de inyección.

La evolución hacia la inyección electrónica

Si bien la inyección directa de combustible fue un gran avance en los motores diésel, el desarrollo de los motores de gasolina no utilizaba inyección directa en sus primeros diseños. En los motores de gasolina, el carburador era el principal sistema de mezcla de combustible y aire, pero su eficiencia era limitada. La necesidad de mayor precisión y control en la mezcla de aire y combustible llevó al desarrollo de los sistemas de inyección electrónica de combustible (EFI, por sus siglas en inglés) durante la década de 1950.

A mediados del siglo XX, Bosch, una empresa alemana de ingeniería, desempeñó un papel crucial en el desarrollo de los sistemas de inyección electrónica para motores de automóviles. En 1967, Bosch lanzó su sistema de inyección electrónica de combustible, el cual representó un avance significativo sobre los carburadores y los sistemas de inyección mecánica que se usaban en ese momento. Este sistema permitió una dosificación precisa del combustible en función de diversos parámetros del motor, como la temperatura, la velocidad del motor y la carga, lo que mejoraba tanto la eficiencia del combustible como las emisiones.

El sistema Bosch K-Jetronic, lanzado en los años 70, fue uno de los primeros sistemas de inyección electrónica que se incorporó en vehículos de producción. Este sistema utilizaba sensores para ajustar la cantidad de combustible inyectado en la cámara de combustión, lo que permitía una mezcla de aire-combustible más precisa y un rendimiento más eficiente.

Avances en la inyección electrónica

En las décadas siguientes, los sistemas de inyección electrónica continuaron evolucionando, con la introducción de nuevos componentes y tecnologías. Uno de los avances más significativos fue la inyección secuencial de combustible, que permitió a cada inyector entregar combustible directamente a cada cilindro en el momento preciso, mejorando aún más la eficiencia y reduciendo las emisiones de gases contaminantes.

A medida que la tecnología de los motores se hizo más compleja, los sistemas de inyección electrónica se integraron con los sistemas de gestión del motor y sensores avanzados, como el sensor de oxígeno, para optimizar continuamente la combustión y la entrega de combustible. Estos sistemas se controlaban mediante unidades de control del motor (ECU), que ajustaban en tiempo real la cantidad de combustible inyectado y el momento de la inyección en función de las condiciones de conducción.

El sistema de inyección directa de gasolina (GDI), desarrollado en la década de 1990, es otro ejemplo de un avance significativo en la tecnología de inyección de combustible. Este sistema inyecta combustible directamente en los cilindros, similar a los motores diésel, pero con la diferencia de que lo hace en motores de gasolina. Este tipo de inyección permite un mayor control sobre la mezcla de combustible y aire, lo que mejora la eficiencia del combustible, reduce las emisiones y proporciona un mejor rendimiento del motor.

Impacto en la eficiencia y las emisiones

La introducción de sistemas de inyección electrónica ha tenido un impacto importante en la eficiencia de los motores y en la reducción de las emisiones contaminantes. La capacidad de controlar con precisión la cantidad y el momento en que se inyecta el combustible ha permitido a los fabricantes de automóviles cumplir con las estrictas normativas de emisiones, a la vez que mejora el rendimiento y la economía de combustible.

La inyección electrónica también ha sido fundamental para la implementación de tecnologías como el turbocompresor y el sistema híbrido de motores, que combinan motores de combustión interna con motores eléctricos para lograr una mayor eficiencia. Estos sistemas son cada vez más comunes en vehículos de producción, especialmente en los vehículos eléctricos híbridos (HEV) y los vehículos totalmente eléctricos (EV), donde la gestión eficiente del combustible y la energía es esencial.

Conclusión

La inyección de combustible ha recorrido un largo camino desde los primeros motores diésel de Rudolf Diesel hasta los complejos sistemas electrónicos de inyección que encontramos hoy en día en los vehículos modernos. La capacidad de controlar con precisión la cantidad de combustible que se inyecta en los motores ha permitido mejorar la eficiencia del combustible, reducir las emisiones contaminantes y proporcionar un mejor rendimiento en una amplia variedad de aplicaciones, desde los motores de vehículos de pasajeros hasta los motores de alto rendimiento utilizados en el automovilismo.

Con el constante avance de la tecnología, la inyección de combustible sigue siendo una de las áreas clave de la ingeniería automotriz, contribuyendo al desarrollo de vehículos más eficientes, limpios y potentes.

Filtro de Partículas (FAP o DPF)

¿Qué es un Filtro de Partículas (FAP/DPF)?

El filtro de partículas (FAP), también conocido como filtro de partículas diésel (DPF), es un componente clave en los motores diésel modernos diseñado para capturar las partículas de hollín que se generan durante la combustión del diésel. Estas partículas son pequeñas pero muy dañinas para la salud humana y el medio ambiente, ya que contienen sustancias cancerígenas y pueden contribuir a la contaminación del aire.

El filtro de partículas actúa como una barrera para evitar que estas partículas, que son especialmente finas (con un tamaño menor a 2,5 micrómetros), sean liberadas al ambiente a través de los gases de escape. En lugar de permitir que las partículas sean expulsadas al aire, el filtro las captura y las almacena hasta que es necesario limpiarlas.

¿Cómo Funciona un Filtro de Partículas (FAP/DPF)?

El filtro de partículas funciona mediante un proceso de filtración física. Está compuesto por una estructura porosa que atrapa las partículas sólidas, pero permite el paso de los gases de escape. Estos filtros suelen estar hechos de materiales cerámicos, metálicos o de fibra de carbono, y su diseño está optimizado para maximizar la superficie de contacto entre los gases y el material filtrante.

Cuando el motor diésel está en funcionamiento, las partículas de hollín generadas durante la combustión del combustible quedan atrapadas en el filtro. Con el tiempo, el filtro se va llenando, y es necesario realizar un proceso de regeneración para eliminar las partículas acumuladas.

Proceso de Regeneración del Filtro de Partículas:

Existen dos tipos de regeneración del filtro de partículas:

  1. Regeneración Pasiva: Este tipo de regeneración ocurre de manera automática cuando el vehículo circula a altas velocidades o durante largos períodos de tiempo. Los gases de escape alcanzan una temperatura suficientemente alta (por encima de 550°C) para quemar las partículas atrapadas en el filtro, transformándolas en dióxido de carbono y agua. Este proceso es natural y no requiere intervención externa.
  2. Regeneración Activa: Si las condiciones no permiten una regeneración pasiva adecuada, el sistema del vehículo puede activar un proceso de regeneración activa. Esto implica el aumento de la temperatura de los gases de escape mediante la inyección de combustible adicional o mediante el uso de un calentador específico que aumente la temperatura del sistema. Esto quema las partículas acumuladas de manera controlada y las convierte en compuestos inofensivos.

Importancia del Filtro de Partículas:

El filtro de partículas es esencial para reducir las emisiones de material particulado (PM), que son responsables de numerosos problemas de salud, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Además, las partículas de hollín contribuyen significativamente a la contaminación del aire y al cambio climático, por lo que el FAP juega un papel crucial en la mejora de la calidad del aire y en el cumplimiento de las normativas de emisiones.

Los filtros de partículas también ayudan a mejorar el rendimiento del motor y la eficiencia del combustible, ya que un filtro limpio permite una mejor circulación de los gases de escape, lo que optimiza la combustión y el rendimiento general del motor.

Mantenimiento del Filtro de Partículas:

Es importante realizar un mantenimiento adecuado del FAP/DPF para asegurar su correcta funcionalidad. Si el filtro se obstruye demasiado o no se regenera correctamente, puede haber una pérdida de potencia en el motor y un aumento en el consumo de combustible. En casos extremos, el filtro puede necesitar ser reemplazado, lo que representa un costo significativo. Por eso, es fundamental realizar un mantenimiento regular del sistema de escape y permitir que el proceso de regeneración ocurra de manera natural durante la conducción.

Conclusión:

Tanto el catalizador como el filtro de partículas son componentes esenciales de los vehículos modernos, especialmente en los motores diésel, para reducir las emisiones contaminantes y proteger el medio ambiente. Mientras que el catalizador reduce los gases tóxicos mediante reacciones químicas, el filtro de partículas captura las partículas de hollín y las elimina mediante regeneración. Ambos dispositivos juegan un papel clave en la mejora de la calidad del aire y el cumplimiento de las normativas ambientales.

Catalizador de un Vehículo

¿Qué es un Catalizador?

El catalizador es un componente clave en el sistema de escape de los vehículos modernos, especialmente en aquellos con motores de combustión interna. Su función principal es reducir las emisiones contaminantes que produce el motor, garantizando que los gases de escape se liberen de manera más limpia y menos dañina para el medio ambiente. En términos sencillos, el catalizador actúa como un «filtro químico» que transforma los contaminantes tóxicos en compuestos menos peligrosos.

Los catalizadores están diseñados para transformar tres de los contaminantes más comunes y peligrosos que se generan durante la combustión del motor:

  1. Óxidos de nitrógeno (NOx): Son responsables de la formación de lluvia ácida y contribuyen a la contaminación del aire y la formación de smog.
  2. Monóxido de carbono (CO): Un gas venenoso que impide la correcta oxigenación de la sangre.
  3. Hidrocarburos no quemados (HC): Compuestos que se liberan cuando el combustible no se quema completamente.

El catalizador convierte estos compuestos en sustancias mucho menos dañinas, como dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O), mediante un proceso químico que se lleva a cabo dentro del componente.

¿Cómo Funciona un Catalizador?

El funcionamiento del catalizador se basa en una reacción química llamada catálisis. Esta reacción se lleva a cabo en un material especial que está recubierto con metales preciosos, como el platino, paladio y rodio. Estos metales actúan como catalizadores, facilitando las reacciones sin consumirse en el proceso.

El catalizador tiene una estructura interna porosa, generalmente hecha de cerámica o metal, que aumenta la superficie de contacto entre los gases de escape y los metales preciosos. Este sustrato poroso es clave para maximizar la eficiencia de la conversión de gases.

Las Reacciones en el Catalizador:

  1. Reducción de los óxidos de nitrógeno (NOx): Los NOx se descomponen en nitrógeno (N2) y oxígeno (O2) mediante una reacción de reducción.
  2. Oxidación de los hidrocarburos (HC) y monóxido de carbono (CO): Los HC y CO se combinan con el oxígeno presente en los gases de escape para formar dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O).

Estas reacciones ocurren a temperaturas específicas, por lo que el catalizador debe alcanzar una temperatura óptima para que funcione correctamente. En la mayoría de los vehículos, el catalizador comienza a funcionar adecuadamente después de que el motor ha estado en marcha por unos minutos, cuando los gases de escape alcanzan la temperatura necesaria.

Tipos de Catalizadores:

  1. Catalizadores de tres vías: Son los más comunes en los vehículos modernos. Son capaces de reducir tanto los óxidos de nitrógeno, como los hidrocarburos y el monóxido de carbono.
  2. Catalizadores de dos vías: Se utilizan en vehículos que solo necesitan controlar las emisiones de monóxido de carbono y hidrocarburos.
  3. Catalizadores específicos para motores diésel: Los motores diésel producen una mayor cantidad de partículas y NOx, por lo que se utilizan catalizadores específicos para reducir estos contaminantes, como los catalizadores de reducción selectiva (SCR).

Importancia del Catalizador:

El catalizador es crucial para cumplir con las normativas de emisiones que se establecen para la industria automotriz. Los vehículos sin catalizador emiten niveles de contaminación mucho más altos, lo que no solo es perjudicial para la salud humana, sino también para el medio ambiente. Por eso, la eficiencia del catalizador es un aspecto fundamental en la lucha contra la contaminación ambiental.

Bombas de inyección diésel

Una bomba de inyección diésel es un componente clave en los motores diésel, cuya función principal es suministrar combustible al inyector a la presión y cantidad adecuadas para asegurar una combustión eficiente en los cilindros del motor. Este sistema es esencial para el buen funcionamiento del motor, ya que determina la cantidad de combustible que se inyecta y el momento preciso en que se debe realizar la inyección.

¿Cómo funciona una bomba de inyección diésel?

  1. Generación de alta presión: La bomba de inyección diésel tiene la tarea de aumentar la presión del combustible de manera significativa antes de que se inyecte en el cilindro. En algunos sistemas, la presión puede llegar a ser de hasta 2,000 bares. Esta alta presión es crucial para que el combustible se pulverice correctamente al entrar en el cilindro, garantizando una combustión más eficiente.
  2. Distribución del combustible: En un sistema de inyección diésel, la bomba de inyección distribuye el combustible a los inyectores en función de las necesidades del motor. En motores más antiguos, las bombas de inyección suelen ser mecánicas y se ajustan al ritmo del motor, mientras que los sistemas modernos utilizan bombas electrónicas que son controladas por la unidad de control del motor (ECU) para una distribución precisa y optimizada.
  3. Tipo de bombas: Existen varios tipos de bombas de inyección diésel, pero las más comunes son:
    • Bomba rotativa: En estos sistemas, una bomba central distribuye el combustible a cada inyector a medida que gira, lo que permite un control preciso de la cantidad de combustible.
    • Bomba de inyección en línea: Este tipo de bomba tiene varios pistones que suministran el combustible a cada inyector de forma secuencial. Cada pistón está asociado con un cilindro del motor.
    • Bomba de inyección electrónica (Common Rail): En los motores más modernos, el sistema de bomba Common Rail se utiliza para mantener una presión constante en la riel de combustible, lo que permite realizar múltiples inyecciones de combustible con alta precisión.
  4. Control del tiempo de inyección: La bomba de inyección también regula el tiempo exacto en que el combustible debe ser entregado al inyector. Esto se realiza a través de un mecanismo interno que sincroniza la entrega de combustible con el ciclo de trabajo del motor. En motores diésel modernos, este control se realiza electrónicamente, ajustando el tiempo de inyección en función de factores como la velocidad del motor, la carga y la temperatura.

Función y efectos de la bomba de inyección diésel

  • Rendimiento del motor: Una bomba de inyección bien calibrada asegura que el motor reciba la cantidad precisa de combustible en el momento adecuado, lo que contribuye a una combustión más eficiente, mayor potencia y un mejor rendimiento general del motor.
  • Emisiones y consumo de combustible: Al controlar el suministro de combustible, la bomba de inyección también influye en las emisiones y el consumo de combustible. Una entrega más eficiente de combustible ayuda a reducir las emisiones de gases contaminantes, como los óxidos de nitrógeno (NOx), y mejora la economía de combustible.
  • Mantenimiento y fallos: Las bombas de inyección diésel pueden sufrir fallos debido a la acumulación de suciedad, desgaste de los componentes internos o problemas con el sistema de alimentación de combustible. Los síntomas de una bomba de inyección defectuosa incluyen dificultades para arrancar el motor, pérdida de potencia, o ruidos extraños provenientes del motor. El mantenimiento adecuado y el uso de combustible limpio y de calidad son esenciales para garantizar una larga vida útil de la bomba.

En resumen, la bomba de inyección diésel es un componente fundamental en los motores diésel, encargada de suministrar combustible a los inyectores con la presión y precisión necesarias para una combustión eficiente. Un funcionamiento correcto de la bomba asegura un rendimiento óptimo del motor, una mejor economía de combustible, menores emisiones y una mayor durabilidad del sistema.

¿Como funciona un inyector diésel?

Un inyector diésel es un componente esencial en los motores diésel, encargado de pulverizar el combustible en el cilindro del motor para que se mezcle con el aire y se produzca la combustión. La eficiencia de este proceso es crucial para el rendimiento del motor, ya que afecta tanto a la potencia como a las emisiones y al consumo de combustible.

¿Cómo funciona un inyector diésel?

  1. Presión y pulverización: Los inyectores diésel están diseñados para trabajar a presiones extremadamente altas, que pueden superar los 1,000 bares. Esta presión es necesaria para que el combustible se pulverice en una fina niebla cuando se inyecta en el cilindro, lo que permite una mejor mezcla con el aire y, por tanto, una combustión más eficiente.
  2. Control electrónico: En los motores diésel modernos, los inyectores son controlados electrónicamente. La unidad de control del motor (ECU) determina el momento exacto y la cantidad de combustible que debe ser inyectado en función de diversos parámetros como la carga del motor, la velocidad y la temperatura. Esto asegura que el motor funcione de manera óptima en todas las condiciones.
  3. Fases de inyección: Los inyectores diésel modernos pueden realizar múltiples inyecciones durante un solo ciclo de combustión. Estas fases incluyen una inyección inicial para preparar la mezcla, una inyección principal para la combustión, y una inyección final que ayuda a reducir las emisiones y mejorar la eficiencia.
  4. Tipos de inyectores: Existen diferentes tipos de inyectores, como los sistemas de inyección convencional (con uno o más inyectores por cilindro) y los sistemas de inyección de alta presión como los Common Rail, que permiten una mayor precisión en la entrega del combustible y mejor control de las emisiones.

Función y efectos del inyector

  • Eficiencia del motor: Un inyector bien calibrado permite que el motor funcione de manera más eficiente, con una mejor combustión, lo que se traduce en mayor potencia, menor consumo de combustible y menos emisiones contaminantes.
  • Reducción de emisiones: Un inyector de calidad contribuye a la reducción de las emisiones nocivas, como el monóxido de carbono (CO) y los óxidos de nitrógeno (NOx), al garantizar una combustión más completa y eficiente.
  • Mantenimiento y fallos: Los inyectores pueden deteriorarse con el tiempo debido a la acumulación de depósitos de carbono o por el desgaste natural de los componentes internos. Esto puede causar fallos como pérdida de potencia, aumento de emisiones o consumo excesivo de combustible. El mantenimiento regular y el uso de combustibles de buena calidad son claves para alargar la vida útil de los inyectores.

En resumen, el inyector diésel es un componente crucial en los motores de este tipo de combustión, encargado de garantizar una mezcla adecuada de combustible y aire para una combustión eficiente, lo que influye directamente en el rendimiento del motor, la economía de combustible y las emisiones del vehículo.

Hibridación de turbocompresores

La hibridación de turbocompresores es un proceso de modificación que combina componentes de diferentes modelos o marcas de turbocompresores para mejorar su rendimiento o adaptarlos a aplicaciones específicas. Este procedimiento busca optimizar la eficiencia de un turbocompresor estándar, ajustando sus características para cumplir con los requerimientos de un motor en particular, ya sea en términos de potencia, respuesta, fiabilidad o durabilidad. La hibridación puede ser aplicada tanto en vehículos de calle como en motores de competición, tuning o aplicaciones industriales, permitiendo una personalización exhaustiva del sistema de sobrealimentación del motor.

¿Qué implica hibridar un turbocompresor?

Hibridar un turbocompresor no se trata simplemente de modificar un componente, sino de integrar diferentes piezas que, en su combinación, pueden generar un turbo con características únicas que no se encuentran en los modelos estándar. Los componentes utilizados pueden ser de diferentes turbocompresores, de distintas marcas o incluso piezas personalizadas diseñadas para mejorar aspectos específicos, como la capacidad de compresión del aire, la eficiencia de la turbina o la capacidad para manejar mayores temperaturas y presiones.

En términos sencillos, este proceso tiene como objetivo maximizar el rendimiento del motor, aumentar la potencia, mejorar la respuesta del turbo y, en algunos casos, optimizar la durabilidad y fiabilidad de todo el sistema de sobrealimentación. El proceso de hibridación, sin embargo, debe ser realizado con un conocimiento técnico avanzado, ya que una modificación mal ejecutada puede ocasionar fallos graves tanto en el turbocompresor como en el motor.

Principales características de un turbocompresor híbrido

  1. Mejor rendimiento: Uno de los objetivos primordiales de la hibridación es mejorar el rendimiento del motor. Esto se logra utilizando compresores y turbinas de mayor eficiencia, que permiten aumentar el flujo de aire y la capacidad de compresión, lo que a su vez incrementa la potencia entregada por el motor. Este tipo de modificaciones es común en motores de alto rendimiento, ya sea en vehículos de competición o en proyectos de tuning avanzado.
  2. Adaptabilidad: La hibridación permite personalizar el turbocompresor para aplicaciones específicas. En el ámbito de la competición, por ejemplo, el turbocompresor puede modificarse para ofrecer una mejor respuesta a bajas revoluciones o para funcionar de manera más eficiente a altas revoluciones. Los motores de competición y los vehículos personalizados (tuning) se benefician enormemente de las posibilidades de ajuste que ofrece la hibridación.
  3. Fiabilidad y durabilidad: En algunos casos, la hibridación incluye el uso de materiales de mayor resistencia o el diseño de componentes optimizados para soportar condiciones más extremas, como mayores temperaturas o presiones. Esto no solo mejora el rendimiento, sino que también aumenta la fiabilidad del turbocompresor, lo que es crucial para motores de competición o para aquellos vehículos que estén sometidos a un uso intensivo.
  4. Compatibilidad: En algunos casos, la hibridación se utiliza para adaptar un turbocompresor a un motor que no tiene un modelo directo compatible. Esto es especialmente útil cuando el fabricante original no ofrece un turbocompresor específico para un determinado modelo de motor, pero se puede combinar el turbocompresor de otro motor para que funcione de manera eficiente en el nuevo.

Ejemplos comunes de hibridación de turbocompresores

  1. Sustitución de la rueda compresora: Un ejemplo común es la sustitución de la rueda compresora (el componente de admisión) por una más grande. Esto permite aumentar el flujo de aire hacia el motor, lo que a su vez puede aumentar la potencia del motor, especialmente a altas revoluciones. La rueda compresora más grande mejora la eficiencia y permite que el motor reciba más aire, lo que es crucial para motores de alto rendimiento.
  2. Cambio de la carcasa de la turbina: Otra modificación común es cambiar la carcasa de la turbina. Esta pieza tiene un impacto directo en el comportamiento del turbocompresor, especialmente en términos de respuesta a bajas revoluciones. Con una carcasa diferente, es posible ajustar el comportamiento del turbo, lo que permite que el motor responda de manera más eficiente o que la aceleración sea más inmediata.
  3. Incorporación de cojinetes de bolas: Los cojinetes de bolas son una mejora en la tecnología de los turbocompresores. A diferencia de los cojinetes tradicionales de casquillo, los cojinetes de bolas reducen la fricción, lo que mejora la respuesta del turbo y permite que alcance velocidades más altas con menos esfuerzo. Esta mejora también contribuye a una mayor durabilidad y fiabilidad, ya que el uso de cojinetes de bolas minimiza el desgaste y las posibles fallas mecánicas.

Riesgos y consideraciones al hibridar un turbocompresor

Si bien la hibridación de turbocompresores puede traer importantes mejoras en términos de rendimiento y personalización, también implica ciertos riesgos. El diseño y balance adecuado de los componentes es crucial, ya que una mala elección o instalación de piezas puede causar desequilibrios en el turbocompresor, lo que puede generar vibraciones excesivas, desgaste prematuro de los componentes o incluso fallos catastróficos en el motor. Es importante que las modificaciones se realicen con la orientación de expertos en la materia y utilizando piezas de alta calidad para garantizar que el turbocompresor híbrido funcione de manera segura y eficiente.

Conclusión

La hibridación de turbocompresores es una técnica avanzada que permite a los propietarios de vehículos de alto rendimiento o motores personalizados maximizar el potencial de su sistema de sobrealimentación. Al modificar y combinar diferentes componentes, los turbocompresores híbridos pueden mejorar el rendimiento, la adaptabilidad y la fiabilidad del motor. Sin embargo, este proceso requiere un conocimiento técnico profundo para asegurar que las modificaciones sean exitosas y que el turbocompresor funcione de manera óptima.